Luis Montero, conocido comerciante del Mercado Sendero de San Isidro, ha dedicado gran parte de su vida a la venta de productos elaborados a base de harina, como pizzas, pan de nata y barandillas. Su puesto, lleno de sabores y aromas, se ha convertido en un referente para los vecinos de la zona, quienes valoran tanto la calidad de sus productos como el esfuerzo que hay detrás de ellos.
Montero reconoce que su éxito no sería posible sin el apoyo incondicional de su familia, especialmente de su esposa, quien trabaja a su lado diariamente. Juntos enfrentan las dificultades de laborar en la intemperie, una realidad que él define como “muy dura”, pero necesaria para garantizar el sustento de sus hijos.
Con humildad, el comerciante agradece a sus hijos, que lo motivan a seguir adelante, y a quien le enseñó los primeros conocimientos sobre el manejo de la harina, habilidad que ha perfeccionado con los años. Además, destaca el papel de Ana Medrano, líder del mercado, quien ha sido una aliada constante en su camino.
Luis Montero no solo representa a los pequeños comerciantes de San Isidro, sino también el esfuerzo diario de quienes, a pesar de las adversidades, trabajan con dedicación y pasión para construir un mejor futuro para sus familias.