Oficiar la misa en el panteón es muy importante, es estar cerca de la fe del pueblo”, dijo el obispo Mons. J. Guadalupe Torres Campos
Con relación a la cremación que ha sido un tema debatido dentro del catolicismo durante muchos años. Tradicionalmente, la Iglesia Católica prefería la inhumación (el entierro del cuerpo) como un reflejo de la fe en la resurrección de los muertos, recordando que Jesucristo fue sepultado. Sin embargo, en los últimos tiempos, la Iglesia ha flexibilizado su postura hacia la cremación, aunque mantiene ciertos principios importantes para los fieles.
En 1963, el Vaticano declaró que la cremación ya no era básicamente incompatible con el cristianismo, permitiendo a los católicos optar por esta práctica sin que afectara su participación en la fe. Aun así, el entierro seguía siendo la opción preferida.
En 2016, la Congregación para la Doctrina de la Fe publicó un documento titulado “Ad resurgendum cum Cristo” (Para resucitar con Cristo) en este documento establece que las cenizas de los difuntos deben ser tratadas con respeto y guardadas en un lugar sagrado, como un cementerio o una iglesia.
La Iglesia desaprueba prácticas como la dispersión de las cenizas en la naturaleza, la conservación en el hogar o la creación de joyas o recuerdos a partir de las cenizas, ya que considera que estas costumbres no reflejan adecuadamente la dignidad de los de los difuntos.
Aunque la cremación está permitida en el catolicismo, la Iglesia Católica sigue promoviendo la inhumación como la opción ideal, y para quienes eligen la cremación, se les insta a seguir ciertas normas para honrar el respeto y la esperanza en la resurrección.