Fue un día de la primavera del año 2021 cuando Eduardo Fong y su novia Ana acudieron a Rescate y Adopción de Mascotas del Municipio (RAMM), con la intención de adoptar alguno de los animales que ahí tenían.
El objetivo era conocer los gatos que estaban en este albergue y ver si había posibilidad de adoptar a uno de ellos, por lo que al llegar pidieron a los encargados les mostraran los felinos; alrededor de una docena estaban ese día listos para ir con una nueva familia.
Uno de los empleados del RAMM les mostró la mayoría de los gatos que estaban en el lugar, pero les faltaba uno que estaba aparte y que a su parecer, era el más problemático y feo de todos los que estaban ese día en el albergue; se trataba de una gatita de las que se conoce como Carey, por la combinación del color de su pelo, café claro y negro.
Eduardo y Ana se acercaron al animal y este de inmediato se les arrimó, les ronroneó y se quedó lo más cerca posible a la pareja de humanos que lo estaban viendo.
“No la pensamos dos veces, le dijimos a la señorita que nos atendió que queríamos ese gato. Fue entonces que nos informó que era gata, pero era muy problemática porque peleaba mucho con los demás gatos, pero además era la más fea de todos”, comenta Eduardo.
“Sin embargo”, dice, “aunque fuera la más fea de todos los gatos que estaban ahí y la más latosa, eso no nos importó y le pedimos nos dieran esa gatita en donación, por lo que entregamos los papeles que nos pidieron y firmamos la hoja donde nos comprometíamos a cuidarla y tratarla bien”.
Y vaya que esta gatita ha recibido el trato al que se comprometieron darle su nueva familia.
La nombraron “Pancha”, la llevaron al veterinario para curarla de algunas infecciones que tenía en la piel, a desparasitarla y bañarla bien.
“Pancha” se fue a vivir al departamento de Eduardo, quien le compró los accesorios para la comida y agua, las croquetas adecuadas y su caja para sus necesidades fisiológicas, además de un arnés y correa para sacar a pasearla.
Al paso del tiempo, “Pancha” ha recibido el trato y cariño que merece como mascota, pero además su físico ya no es el mismo, creció y su pelaje mejoró, subió de peso y recibe la atención médica necesaria, además de que convive con su familia humana.
A casi dos años de distancia de que fue adoptada, esta gata Carey ya no vive en Ciudad Juárez, como empleado de una empresa maquiladora, Eduardo y Ana cambiaron su lugar de residencia a una población del estado de Michigan, en Estados Unidos.
Semanas después de que se establecieron en aquella región al norte del vecino país, regresaron por “Pancha”, la trasladaron en su vehículo dentro de una jaula y llegó a descansar a hoteles durante el viaje, trayecto que la gatita disfrutó junto a sus dueños.
Ahora “Pancha” debe usar suéter, tiene su casa térmica para protegerse de las bajas temperaturas y pasea junto a sus dueños por las calles y parques cercanos a su casa.
Se cumplió una vez más el objetivo de la labor del RAMM, esta gatita que fue rescatada luego de que otras personas la abandonaron, recibió la atención en este albergue y ahí estuvo hasta el día en que Eduardo y Ana llegaron por ella y ahora es de nuevo feliz.
“Pancha” es una inmigrante más de Estados Unidos para vivir con la familia que la adoptó y le dio una nueva oportunidad de ser una mascota feliz.